domingo, 4 de septiembre de 2016

Ideales

Estoy convencido de que si preguntáramos qué es lo más poderoso que hay, muchas personas dirían el dinero. Otras quizá lo pensaran un poco y opinarían que lo más fuerte que puede tener el ser humano es poder. (De hecho, a raíz de poder se crea la palabra poderoso.)

Sin embargo, pocas personas, al menos en comparación, dirían que lo más poderoso que hay es una idea.
Nos suelen decir que el arma más fuerte es la pluma, pero ya nadie escribe con pluma. Es por eso, por lo que la mayoría se rendiría antes frente a una pistola, que frente a una palabra.

Pero las balas solamente atraviesan, mientras que las ideas calan.
Da igual a cuantas personas mates, pues esos ideales no se mancharán. Al contrario, cuanta más sangre derrames, más fuerza cogerá la idea.


Entonces, si de verdad es más fuerte un ideal que un arma, ¿por qué seguimos temiéndolas? Y ¿por qué las continuamos usando?

Porque tenemos la mente cerrada, y al igual que en una boca cerrada no entran moscas, en una mente cerrada tampoco hay sitio para ideas diferentes.

Supongo que hay muchos motivos para no pensar igual, pero creo el principal es el miedo.

Pregúntate ahora qué pasa si una mente se abre, si pierde el miedo.
¿Y si son dos? ¿Y si son miles? ¿Y si son millones?
Empiezas a captar el poder, ¡eh!
Tratan ahora de callarlos. No puedes, ¿verdad?
Es entonces cuando tratas de matarlos, pero por cada uno que muere, surgen diez que gritan más fuerte.

¿Lo ves?
"Bajo esas máscaras de carne y hueso, hay algo más. Hay unos ideales y estos son a prueba de bala."

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