miércoles, 31 de agosto de 2016

Democracia

Estos últimos días oigo demasiado la palabra "democracia" en discursos de políticos que lo único que buscan es embaucar al pueblo para poder adueñarse del ansiado puesto en la presidencia.
Pero, voy a plantear una pregunta; ¿sabemos realmente lo que es la democracia?

Respuestas como "es el gobierno del pueblo, dicen" o "sistema en el cual el pueblo elige a sus gobernantes" (palabras textuales de dos sujetos que han respondido a mi pregunta, y con diferentes ideales políticos) demuestran que no sabemos lo que realmente es la democracia.

En cierta medida, no tenemos culpa de creerlo así, pues nos lo enseñan desde pequeños. Además, es lo que dice todo el mundo, no pueden estar equivocadas tantas personas, ¿no?
Pero sí que es nuestra culpa, ¡claro que lo es!
Nunca nos preguntamos si es cierto lo que nos enseñan, simplemente asentamos con la cabeza como borregos.
Hay muchas cosas que cambiar, pero para ello debemos empezar cambiando nosotros.

La democracia no es "un estado político en el que todos participamos eligiendo a los que nos representan."

Para conocer el significado, empecemos por su etimología.
Proviene de la Antigua Grecia (lugar del que provenía Platón, uno de los "enemigos" a erradicar en la educación).
Está formada por dos palabras y un sufijo: Demos, que significa "pueblo";krátos, "pueblo" y el sufijo ia, que aporta el grado de cualidad.
Por tanto, se puede traducir literalmente como “el gobierno del pueblo”.
Hasta ahí, parece que lo que nos han dicho tiene razón, pero vamos a ver el significado:



Democracia, según la web “www.significados.com”, significa “forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones políticas.”
Hablemos ahora de los tipos, que según la web “http://definicion.de/” , existen:
- Democracia directa o pura, que es lo que se debería llamar como democracia.
Es aquella donde las decisiones son adoptadas en forma directa por el pueblo.
Es decir, los políticos son los propios ciudadanos. Es la que se estableció en la gloriosa Atenas, y es la que se pone de ejemplo cuando hablamos del termino a definir.



- Democracia indirecta o representativa, es a la que llamamos (erróneamente, pues confundimos las definiciones) democracia.
Es aquella donde las decisiones son tomadas por aquellas personas a los que el pueblo reconoce como sus representantes legítimos.
¡Anda, es como la que tenemos en España!



- Democracia participativa, que es cuando el modelo político permite que los ciudadanos se organicen para ejercer influencia directa sobre las decisiones públicas.



Dicha web (http://definicion.de/) dice a continuación de explicar las diferencias “La forma más común en la que se ejerce la democracia hoy en día es en sistemas representativos.”

(Recomiendo ver estos dos vídeos, que lo explican mejor que yo: Democracia y Democracia (2ª parte)




De todos modos, nuestra democracia representativa es una especie de democracia (pura) mal hecha.
Se supone que cualquiera, mediante los partidos políticos, puede llegar a gobernar. Entonces, ¿por qué no establecer una democracia directa y ahorrarnos los partidos?
Porque es mejor hacer una guerra de la política.
Pero, además de eso, voy a plantear otra duda, ¿por qué no formamos políticos?
Es decir, nuestro presidente es licenciado en derecho y registrador de la propiedad. El líder de la oposición (aunque ahora estemos en etapa de desgobierno) es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales.

Creo, y espero no ser el único, que tenemos un problema, tal vez sea grave. De los cinco candidatos a la presidencia del gobierno, solo hay uno, solo uno; que haya estudiado Ciencias Políticas.

Y lo más increíble de todo, es que se le juzgue por sus ideas y por su forma de vestir.
No, no soy “podemita”. Mis ideas políticas chocan con todas las posturas candidatas a la soberanía. Pero, lo que sí es cierto, es que él es el más formado para poder gobernar, y en los discursos se nota.


Tenemos los políticos que nos merecemos.” 

lunes, 22 de agosto de 2016

La máquina del tiempo.

Nunca entendió muy bien por qué no había funcionado aquella máquina.
Le había llevado mucho tiempo y dinero construirla y esta se dedicó simplemente a darle una advertencia. [...]

Tras un año soñando y recorriendo el mundo en busca de los materiales necesarios, consiguió reunir la cabina, las cortinas de seguridad (hechas de una tela especial), las gafas altamente polarizadas, el temporizador, el motor, la palanca y aquel viejo cacharro con números que recordaba de forma muy precisa a los Nokia que habitaron en la Edad Media de la tecnología móvil.

Después de haber reunido las piezas, comenzó el puzzle.
Aunque era un manitas, le costó un poco armarlo, pues eso de soldar la palanca le costó mucho más de lo que creyó.
Así que una vez acabó de pegar, soldar y atornillar los elementos, soltó una exclamación de alegría:
"¡Bien! ¡Lo más difícil ya está hecho!"

Estaba cansado, así que decidió dormir. Sin embargo, en plena noche dejó su cama y se aventuró hacia la cabina. [...]
Una vez se hubo asegurado que todo funcionaba, arrancó la terminal y escribió:

"1970"
"Madrid"

Acto seguido tiró hacia abajo de la palanca, y un sonido ensordecedor acompañado de una cegadora luz inundó dicho retículo. Cerró los ojos y esperó a que la luz se apagara.
Pero pasados unos segundos, la máquina se desplomó y el sonido, así como la luz desaparecieron.

Atónito, se quitó las gafas y asestó un golpe a la centralita donde se podía leer:

"Error"

Tras recibir el golpe, la máquina pareció responder y, antes de apagarse para siempre, dejó leer en su pantalla un mensaje:

"No quieras vivir una época que no te pertenece."

miércoles, 17 de agosto de 2016

Las preguntas.

Quizás aquel día tormentoso tenía la culpa de haber reabierto una herida o más bien reanimar una batalla; al haber contemplado aquella abadía.

Lugar de enseñanza religiosa, le hizo volver a plantearse dudas que ya parecían erradicadas, pero por las que el agua de lluvia logró filtrarse.

La religión hablaba de un Dios, sin embargo, sus devotos, al igual que él un tiempo atrás; rezaban a su Hijo, a la Madre de este y a los acompañantes del Señor, así como a los santos y a los iluminados que realizaban milagros.
Quedaba así contestada una de sus preguntas y cuya respuesta era clara: es politeísta, aunque nos hagan creer que no.

Surgió así otra pregunta: si Dios era todopoderoso, ¿por qué dotar con parte de ese poder a algunas personas?
No era un Dios justo.
Quizás quisiera más a unos que a otros, lo que lo convertía en imparcial.

Y cuando pareció haber alcanzado la paz, una utopía rearmó la batalla.
Si tan poderoso es, si tan grande es; ¿es capaz de vernos? ¿Nos verá como nosotros vemos a las hormigas, con indiferencia?

Y otro halo de preguntas retumbó en su conciencia:
¿Si le importamos, cómo se manifiesta?
<<Mediante milagros>> pensó.
¿Pero qué es un milagro: la voluntad de un Dios o la esperanza de un mortal?

Allí no acababan las preguntas con las que destrozaba las bases de aquello que le habían contado de pequeño, pero fue suficiente para aclarar lo que creía.

viernes, 5 de agosto de 2016

La magia.

Dices no creer en la magia pero sí que crees en un Dios.
Puedes llamarme iluso, pero prefiero creer que dentro de mi habita un dragón.

Quizás es raro pensar eso, pero lo cierto es que me consuela soñar que algo maravilloso vive en mi.
También tengo la osadía de pensar que en cada uno de nosotros habita un ser que nos defiende y, en cierto modo, que nos protege.

Creo que no soy el único que alguna que otra vez ha sacado fuerzas de donde no las había para seguir hacia delante. Y supongo que esas fuerzas son un préstamo, o un regalo, de nuestro ser interior.

Dicho esto, ¿por qué no piensas un poco en ello?
Tal vez te reconforte pensar que un unicornio puede ser parte de ti.

Aunque realmente sólo vivirán en ti, si como ellos; crees en la magia.
Si no lo haces, los habrás matado.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Colores.

Hay multitud de colores.
Cada uno diferente, cada cual único.
Supongo que nadie podría vivir sin ellos.

Si estás leyendo esto habrás pensado en los invidentes, y tú argumento será que ellos no ven.
Bien visto, nunca mejor dicho; pero te voy a pedir que cambies tu visión. Mira más lejos de lo que ves.

Los colores son sensaciones, sentimientos, experiencias...
Por ejemplo, el azul (mi color favorito) transmite sensación de paz y también de frío; el rojo, calor. El verde belleza y el rosa amor.
Todos conocemos esas sensaciones, los que no ven también.

Dicho esto, ¿por qué cuando hacemos una valoración suele ser gris?

¿No creéis que hay muchos más colores como para siempre quedarse con el más negativo?