lunes, 22 de agosto de 2016

La máquina del tiempo.

Nunca entendió muy bien por qué no había funcionado aquella máquina.
Le había llevado mucho tiempo y dinero construirla y esta se dedicó simplemente a darle una advertencia. [...]

Tras un año soñando y recorriendo el mundo en busca de los materiales necesarios, consiguió reunir la cabina, las cortinas de seguridad (hechas de una tela especial), las gafas altamente polarizadas, el temporizador, el motor, la palanca y aquel viejo cacharro con números que recordaba de forma muy precisa a los Nokia que habitaron en la Edad Media de la tecnología móvil.

Después de haber reunido las piezas, comenzó el puzzle.
Aunque era un manitas, le costó un poco armarlo, pues eso de soldar la palanca le costó mucho más de lo que creyó.
Así que una vez acabó de pegar, soldar y atornillar los elementos, soltó una exclamación de alegría:
"¡Bien! ¡Lo más difícil ya está hecho!"

Estaba cansado, así que decidió dormir. Sin embargo, en plena noche dejó su cama y se aventuró hacia la cabina. [...]
Una vez se hubo asegurado que todo funcionaba, arrancó la terminal y escribió:

"1970"
"Madrid"

Acto seguido tiró hacia abajo de la palanca, y un sonido ensordecedor acompañado de una cegadora luz inundó dicho retículo. Cerró los ojos y esperó a que la luz se apagara.
Pero pasados unos segundos, la máquina se desplomó y el sonido, así como la luz desaparecieron.

Atónito, se quitó las gafas y asestó un golpe a la centralita donde se podía leer:

"Error"

Tras recibir el golpe, la máquina pareció responder y, antes de apagarse para siempre, dejó leer en su pantalla un mensaje:

"No quieras vivir una época que no te pertenece."

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