sábado, 19 de marzo de 2016

Los ases.

Aquella era una noche de tormenta, sin embargo era un día único en el calendario. Para cualquier otra persona el 20 de mayo no tendría especial relevancia, si acaso, coincidiría con algún cumpleaños o boda; pero para ellos cuatro, aquel día señalado en rojo era un momento de recuerdo.

Sus vidas se separaron al estallar la guerra en su país, conflicto que además de vidas de inocentes, se llevó la tradición de estos cuatro señores.
Cada sábado se reunían en el bar de su pueblo a jugar al póker, acompañando la velada con una copa del mejor whisky escocés.

Al comienzo de la contienda, un 20 de mayo de hace unos treinta años, acordaron que cada año irían al bar mas cercano y se echarían un solitario, acompañado de una copa de aquel preciado licor; con la condición de que cuando uno de los cuatro integrantes del grupo muriera, quitaran un As en su memoria.

Pasaron veinte años, la guerra terminó hace diez, pero aquel país no era un lugar para aquellos viejos... Veinte años en los que los cuatro jugadores resolvieron aquel reto con todas las cartas. Sin embargo, aquel año fue un momento triste, pues sería el primer año en el que solo jugarían tres, el primer año con un as menos.

Fue aquel año cuando él descubrió que, aunque se pudiera jugar perfectamente sin ese as, era aquella carta la que le daba sentido al juego.

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